lunes

Dame un beso; parto mañana

Calculando cada instante como segundo eterno
en que no acaban de fluir ideas viceversas e indistintas,
cada cual con un toque de eternidad en tu mente,
sin obviar malos recuerdos ni momentos tristes;
pues no vacila el pasado para adentrarse al subconsciente
y recordarte lo que ya sabías; que la historia se repite.

Así pasaron siete instantes en mi mente
mientras no podía responder nada coherente
a las preguntas que me hacías.

Siempre fuimos más que solo amigos
y hoy somos más que solo eso, en nuestro mundo, a nuestro modo;
o más bien a tu modo, pues me lo has enseñado tú.

Ahora solo soy aquel,
único en mi especie con potestad de probar y entender,
jugar, juzgar y saber… evitar las consecuencias,
las malas consecuencias de amar: caer al amor no correspondido.

Si no opto instar tu estancia
no es, sino que ya estoy cansado de aprenderme
la misma historia del “si te importa, no me importa” y callo.

Por otro lado, no adviertas una lágrima en mis ojos si es que ocurre
es solo el miedo de sentir aquel desahucio del, por supuesto, destino.
Más bien ocupa en que sonrío levemente al mirar tus ojos
y secar mi sangre transparente.

Y si me acerco, digo; si te parece, dame un beso…