domingo

Carta al verdadero adiós

Mientras crezca el amor, descuida;
comparte con tu veneno la culpa y la dicha de cada maldad
no evites mezclarte a lo plebeyo por miedo a perder la esencia en lo accesorio
no guardes el tiempo de perder la cordura, mientras el amor crezca.

No importa si tu amor de codorniz no alcanza para cruzar la calle
ni para intentar saltar el borde de la acera,
ni para nada.

No importa si no hablas conmigo,
si llegas y sonríes al caradura de la puerta,
al que te golpea con sus bíceps,
al que te mira y no te observa.

No importa porque si fuera de todos los males crece el amor,
si dentro de todos los males crece el amor,
si al lado de todos los males crece el amor,
si crece el amor
tú estarás a salvo
y, por tanto,
también yo.