miércoles

Oscuro no me escuchas

"Las palabras están vacías" dice el que escribe,
desesperado por callar las manos.
Queriendo matar el interés de las locomotoras,
que tanto buscan llegar al final del camino
y tanto disfrutar del descanso antes de volver a partir.

Se atrevía a desmentir con fantasías, esa noche,
todos sus escritos sólo por ella.
Porque asesino no sólo es quien mata,
igual lo es quien consiente un suicidio.

Pero las calles estaban repletas,
como un fumador que,
desesperado por volver a conocer
los efectos del tabaco en los remordimientos y las dudas,
exhala el humo tan despacio que se le esconde la cara
en un velo que parece la muerte
en su placer de salvar de la vida
a un maldito desgraciado.

Así de repletas estaban de sombras las calles,
tantas sombras que la luz se escondía
detrás de los faroles que ahora no me atrevo a describir
y de las lámparas que parecían cansadas
de estar paradas en la orilla de la acera
y de que ningún borracho despechado las llamara putas.
Cuánto ansiaban las lámparas poder ser putas
para así disfrutar sin miedo de tan hermosa virtud.

Y con tanta oscuridad,
siquiera los miedos se veían en los rostros
de aquel señor que fulana miraba,
desgarrando, empujando y tirando de la puerta
de la duda y la respuesta.
Y como no vio nada, nunca entendió la poeta
que escribir es, a veces, como cortarse las venas.

domingo

Tabaco, luna llena y un montón de miedos

Porque me sabe mejor amarte y amarrarme a tu ruleta rusa de infidelidad,
dejarte a ti los problemas que no me quieras compartir
y dormir mirando la luna llena las noche que no quieras saber de mí...

Eres un sueño y, por mas que quisiera, no pretendo hacerte carne en esta vida.
Tienes tantos miedos que te aterra conocerlos
y para mi es tan fácil decir que sí que ahora responderte es todo un reto.

Eres un ángel.
Eres un ángel en la misma metáfora donde yo soy un dios.
Nunca quieras tu mezclarte conmigo que me voy a amarrar a ti hasta la asfixia
y no reconozco la libertad de quien le teme a la esclavitud.
Me cansarías si vivieras para mi, pero será de asco mi mirada si no te entregas a lo nuestro,
lo que ya es nuestro, como una relación sin nombre;
o si no puedo contar contigo en la noche mas fría de mi vida.
Me gustas en serio, pero yo no quiero andar jugando a los humanos.

Déjame la esperanza, que es para el futuro lo que son para el pasado los recuerdos...
y por lo pronto, todo lo que tengo.
Si, si, puedo amarte, entregarme y desearte... se paciente, y ahora, cállate.

viernes

Gracia y Mérito

¿Acaso existo para ti?
¿Acaso soy posibilidad en alguno de tus desesperados despechos?

Me he limpiado la vida de preguntas idiotas mientras miraba atento a tus ojos
Ahora todo es más claro y me sorprenden los matices de la percepción
Pues soy, de hecho, tu desesperado despecho y aun me presto a servir la cena en tu tazón preferido,
aun te recojo a las ocho y te regreso a las doce.

Ahora, señora ¿No tiene usted ninguna clase de pregunta,
o será que busca también insaciable, desesperada y por despecho
defender del por supuesto anarquista que ve desde su ventana alejarse en un coche a media noche y de su completamente cuestionable ética que siquiera reconoce vuestra moral con, precisamente, su espada moralista, encargada de hacer que las fotos importantes demandadas por el mismo protocolo nunca vayan a quedar equivocadas.




... llamate, gritate fuerte y escúchate. ¿Acaso existes para ti?