sábado

Patético

Y llamaste
como a un perrito a sentarme a tu lado
palmeaste el sillón suavemente, me sentí tu mascota
y fue hermoso, me sentí cachorro;
cachorro que se mete entre tus piernas sólo para jugar con tus manos.

Fue sin duda el mejor momento de la noche;
hasta que entendí,
que a quien llamaste fue a tu perrita y no a mí.

miércoles












Mientras tú me borras como historia escrita a lápiz
yo me armo de recuerdos pa'dormir,
porque con lo poco que me das
muchas veces ni me alcanza pa'vivir.


sábado

La gente y tú


Déjame algo que no sea cierto fuera de nosotros
algo que no tenga sentido tras nuestra muerte
no me dejes nada creado por ti ni por nadie
déjame una verdad que sea creadora y no creación.
___


Tráeme contigo a la plaza de los complejos 
y de esa libertad.
Condúceme despacio por esos caminos
llenos de extraños para la gente,
y que no hacen historias;
y que no borran nada.
___


No, no escuché su nombre, porque aun trataba
de no asustarme con toda esta gente que,
furiosa de ser tan igual a mi, se cambian
hasta la menstruación queriendo gritar tan alto
sólo para ser parte del diverso montón.
___


Tienen problemas hechos con tiempo,
                 hechos con desesperación,
                 hechos sin querer,
                 hechos a mano,
                        a trompadas.


Tienen problemas de estima y de la propia,
                 de dependencia,
       chismes del sexo opuesto,
       chismes del sexo del opuesto,
       chismes de sexo,
             y de relaciones sexuales,
             y sexo.


Tienen problemas de mente,
                 de cuerpo,
                 de amor.


Porque están todos locos de miedos.


lunes

Yo creo que tu crees que estamos equivocados.




10:04 p.m.: Al que tiene miedo todo le sale mal. 

10:05 p.m. Yo: Siento que de tanto hablar se nos olvidará todo... 
10:06 p.m. : ¿Y qué quieres hacer? 
 Yo: Morderte los dedos y dormirme en la grama viendo nubes.. 
10:07 p.m. : Esto no se trata de recordar... [...] 
10:24 p.m. Yo: Lo que yo quiero es morderte los dedos y dormirme en la grama viendo nubes. Que tú estés ahí.. 
10:26 p.m. : O en las nubes viendo la grama... 
10:27 p.m. Yo: Quiero acordar con vos un pacto hermoso... como esta luna... [...] 
10:33 p.m. : ¿Por qué tenés miedo? 
10:36 p.m. Yo: Porque eso no es lo que tú quieres. [...] 
11:01 p.m. : Cariño, el daño te lo haces tú. Si quieres sufrir, lo vas a hacer. 
  Yo no puedo anticiparme a las cosas, yo no te puedo prometer nada. 
11:02 p.m. Yo: ¡Pero justamente eso es lo que haces! 
 Me prometes exactamente nada

domingo

Creo que me es más fácil creer 
cuando hablas de transposiciones místicas 
de todo nuestro entorno alcanzable con la mirada 
a un plano de tres dimensiones, 
ocho punto cinco, por cinco, por once, 
buscando quizás entretenerte 
con tantas cosas inconclusas 
que hacen a la relatividad un bombo asqueroso 
y semejante a cierta institución 
de hace más de seiscientos años y de ahora 
y que cuando me comienzas a contar esas utopías 
no puedo evitar recordar en mi desesperado recorrido 
por recuerdos idiotas 
que sólo busca no pensar en lo más mínimo 
lo que me estás diciendo; 
que creer cuando me hablas 
de todas las leyes naturales 
que se rompen cada vez 
que te pido un beso. 
 
Así... más o menos. 
 
Y porque soy medio lento con las cosas que no me gustan 
o porque soy simplemente lento, 
es que no entiendo aún tanta verborrea. 
Y quizás sea así como pasan nuestros pensamientos, 
con esa capacidad increíble 
de desglosar cada gesto en tres mil ejemplos 
que sólo se relacionan con la linea anterior escrita 
por la ironía o la sutileza 
de lo que se quiere destacar del ejemplo o del gesto. 
O no, y sólo somos unos vagos curiosos 
que a duras penas de no poder partirnos la boca de un beso 
escribimos sobre filosofía existencial 
en un texto que en principio quiso hablar 
sólo de sexo.