Épico cada instante en mi memoria,
e intocable, como utopía divina, si estás.
Y sonrío si camino por las calles
donde te solía besar.
Imposible tachar
esa alegría momentanea que trasciende a las horas,
ese repetir sublime del caminar,
la silueta de tu sombra,
tu rostro, tu sonrisa... y tú.
Quédate en calma y camina,
evita castigar la noche con la presión de hablar
frente al bullicio de las miradas silentes,
que la vista la tengo empañada
con los recuerdos que sinvergüenzas salen de ti.
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Rozando las paredes donde te acorralabas conmigo
recuerdo, queriendo y sin querer, el olor de tu cuello,
el sabor de tu piel.
Pequeño nos quedó el mundo, amor, cuando fui tu amor.