viernes

Te espero y me incorporo a la rutina,
a ratos, cada día, salgo del rumbo y te busco
en un dado, en una pulsera, en una carta, en un poema.

Me llevo del ruido,
y dando tumbos,
me echo a dormir;
con el sucio pegado a la piel,
envuelvo mi almohada
y la empapo del día a día.

Mi alma está llena de huecos.

A veces me duermo en historias extrañas
que dicen que nada es tanto como la esperanza.

martes

No me dañes


Si no te vas a quedar vete temprano,
no quiero tener que extrañarte,
empezar a fabricar recuerdos
y luego verlos pegarse a las paredes y a las calles,
mirarme pasar cada tarde, cada mañana, cada noche,
y preguntarme por ti, que dónde estás, y que por qué no estás conmigo.

Vete temprano
y deja de meter veneno en los estantes
que como incienso
inundarán de tu olor la alcoba.

No me acomodes más con tus sonrisas,
deja las manos sobre la mesa,
no me acaricies.
Lee para ti uno de esos libros que no dicen nada
y echa a andar con este atardecer
que de enamorarme estoy cansado
y cuesta un mundo
rearmar este artefacto si se rompe.

Calla,
deja de decir mi nombre,
que estoy harto de amores de a ratos,
de valentías de media noche y medio esfuerzo,
de aventuras hansel y gretel,
de tus miedos.

Olvídate de mí, amor;
no quiero más tibiezas,
ya me cansé de llorar,
perdóname las molestias,
quiero un amor de verdad.