domingo

Yo soñaba contigo


Te vi llegar y penetrar cada memoria,
meterte en mí, en mi historia; vivir mis glorias.
Te vi bailar al son, por horas, que yo cantaba,
te vi dormir en mi mirada, relajada.

Nunca fue poco para mi, lo que te di
fue todo amar sin exigir,
pensar en ti a cada latido.

Me ilusionó verte creer en mi,
mas nunca imaginé que fueras nada.

Ha de ser la puta moda, ser bipolar.
El puto don de andar sin reclamar miradas.
La versatilidad de doblar nada y hacer volar;
luego apagar tu polvo de hadas.

Y ya nos terminó de matar
el tedio de tener que andar sin cruzar
el no deber mirar atrás.
el día a día, el miedo a confiar:
Seguridad con la que Duda nos hace dudar.

Y nadie nunca nos volvió a mirar
por las calles caminar,
ya nadie nos escucha hablar
hacer zigzags en las aceras con las huellas
Nadie recuerda vernos volar.

Que decepción, y no hay nada que reclamar.
Quédate en paz. Vete a jugar al son de otro cantar.

viernes

Los locos

Que andan con el corazón en la mano,
y se meten en el lodo sin pensarlo,
porque ya lo han pensado bastante;
Y la razón, es la emoción
y el motor el corazón.

Se sientan nomás pa contemplar
la mirada ajena.
Son los verdaderos dueños
del mundo,
del cielo
y de las nubes,
que se mueren de soledad.

lunes

Corta mi piel

Límpiame el ducto sanguíneo
lléname de oxígeno
saca a pasear mi rutina a un parque viejo

Nadie nunca nos mintió tanto,
ya no gasto tiempo mirando.

Al espejo ya el recuerdo es vago,
y mis dedos apretando tu muñeca
y sintiendo las heridas tras el mitón que lucías
es la imagen que me queda.

No me hagas mentirte
que trato de ser fuerte
cuando te hablo de frente.

Toca mi cicatriz
siente la impresión del pasado
siente que no puedo olvidar
siéntelo,
toma la gillete,
y corta mi piel.
Tengo guardadas palabras doradas
que dicen todo lo que suelo callar.

No busco comprar un lugar
en el tiempo que das.

No busco mirar más allá de tu cara,
de tus orejas perforadas,
de tu mirada.

Recuerdo cuando jugaba a montar la yegua,
le acariciaba el lomo mientras,
y con palabras tontas,
me abría paso entre su cabellera y sus ojos
que percibían todo.

Un día me vi como nadie gritando poemas
borracho de miedo y cansado
de tanto llorar.

Ella sólo soñaba con brincar la cerca,
hasta que empezó a correr,
y así, mató a Dios.