lunes

El difícil proceso de no acordar con el olvido

Un viaje al final del verso.
Que empieza y termina.
Que salta una esquina
sólo para terminar peor.

Se dibuja una linea, o muchas líneas
o un montón de garabatos,
por donde se viene deslizando cada idea
que dicho verso versó.

Se atina en los puntos
un nudo a la linea
que explique de alguna forma,
un poco menos que absurda
aquella idea
que el autor expresó.

Terminar de ningún modo
no es más que abandonar el presente
que una flecha de tu recuerdo
atravesó.

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