Sueña, él sueña.
Sueña con tener un día un instante eterno,
entre la grama seca y el mar.
Sueña con bailar en la luna,
bailar en el agua.
[...]
Perdona por juzgarte sin querer conocerte.
[...]
Ahora la brisa me besa,
la noche me abraza y sonrío,
tonta, débil y risueña.
Te habla la que a veces quieres que te hable.
La que te gusta escuchar antes de dormir y seguido de levantarte.
La que te gusta que te acaricie el pelo y lo hale.
La que te besa sin querer, queriendo que todos nos miren.
La que te canta y te grita las cosas que pasan.
La que puede ser que le de cuerda a la mecánica de tu corazón.
La que puede ser que te haga soñar,
y por eso,
creer en lo imposible.
Suena egoísta, pero en el transfondo todo es para vos.
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