domingo

Magia

Ya no hay magia.
Se la llevaron unos duendes que vestían descaro,
que calzaban orgullo,
que empañaban los cristales de los lentes de los miopes.
Iban llegando de uno en uno
cada vez que Sheccid se hacía más fuerte
y mi voluntad más débil.
Sus caras estaban llenas de recuerdos,
y empapados, iban mojando el suelo con lágrimas ajenas.

Ya no hay magia porque la gastó el desuso,
porque los poetas se quedaron en los sueños
y ya no paseaban la luna por la ciudad del miedo,
porque los amantes se hicieron políticos e ingenieros,
porque las amantes se hicieron amantes al mejor postor.

Ya no hay magia,
y para ser honestos,
es porque ya no hay quien crea en ella.

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