lunes

¿Dónde está el aire?


Durante la primera hora, ubicó a todos alrededor de ella en una gran ronda que deformó todo el salón. Cuando por fin el silencio tomó la palabra, con voz pausada y segura la maestra comenzó a hablar acerca el aire, niños y niñas fueron maravillados con ‘aire’ que no conocían pero que les mantenía vivos, a ellos, ellas y todo animal que en la Tierra viviera; nadie pudo quedar indiferente frente a tan maravillosa cuestión. En su astuto intento de manipular la situación para hacerte entender el pequeño gran detalle que nadie pretende o puede comprender, la maestra terminó la charla y avisó con entusiasmo la hora de la siesta.

Una hora más tarde y adormecidas, todas las parejas de ojitos redescubrieron los matices de la naturaleza y avivándose todos y todas, corrieron a jugar los mejores juegos que aquel patio gigantesco les permitía. Al rato, pausada, pensativa y confundida se acercó una alumna a la maestra y a quemarropa hizo la pregunta que mejor agració mi conjuntivitezca velada: 
“Pero maestra, ¿Dónde está el aire?”
La maestra, indiferente a las consecuencias  que pueda llegar la niña con su respuesta y más interesada en aquel macro-mundo paralelo que bien la estudia con cautela o con despiste, señaló con su meñique nada más y nada menos que un punto al azar. La niña en su confusión, seguía hacia la izquierda de la maestra la trayectoria que el dedo en cuestión le trazaba conducida a ningún otro lugar más que unas montañas en el horizonte de aquel pueblo, aun tratando de descubrir aquel punto azaroso y lejano donde suponía que se encontraba el aire, enfocaba su visión entrecerrando los ojos...

1 comentario:

  1. prosa? tu? algo raro, no te quedo tan mal aunque no es tu fuerte.

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