Con todo y la vida,
el tiempo perdido,
y lo que nos falta por aprender.
Ese decoro de hablar en plural y evitar ser directo.
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Amor,
no quiero convertir esto en una carta,
amor.
Qué arte,
que misticismo el pretender
ser esa danza del viento en la naturaleza y no ser también
el caluroso humo que expulsan los volcanes.
Qué historia la de querer hablar de amor sin mencionar la carne,
la confianza, la rabia, la pereza, el miedo y la esperanza.
Mi novia y yo estamos locos,
y locos de distintas maneras,
no vaya usted a pensar que compartimos la misma locura.
Sin embargo locos al fin.
Que es más aun que compartir la cordura,
que compartir la decencia,
porque por gracia o por desgracia,
en materia de pudor, cordura y decencia,
sólo la locura explica la convergencia
de semejantes ejemplos de diferencia.
Igual te amo, flaca.
Igual estoy aquí.
Igual nos quedaremos con todo.
El peor que tienes.
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